Estimados colegas
¿Cómo se escribe el obituario de uno mismo?
En este año infausto y horrible, en el cual el cáncer nos roba a Orlando
Leal y a Chucho Ramos, a Leonardo Bautista y Virginia Moreno, se hubiese
robado al Checo y por casualidad no a Oswaldo Travieso o a Lindora
d´Ornelas; viene el nefasto mal a quitarnos a la fuente de todas nuestras
alegrías: Diómedes Bárcenas.
El profesor Diómedes Bárcenas, mi hermano por decisión libérrima, fue un
luchador de los buenos, de esos jóvenes campesinos que vinieron a Caracas
en una cava llena de guacales, a mostrar toda la matemáticas que
aprendieron en el liceo Simón Rodriguez de Carúpano, donde fuera profesor
Raimundo Chela y antes, mucho antes, director Luis Briceño Picón, mi
abuelo. De allí salió la más alta densidad de doctores en el área
físico-matemática que haya conocido el país, incluido el sabio Félix
Próspero Marín, gordo y menos grande que su inconmensurable belleza
humana.
De Diómedes nos reíamos porque se dormía en clases, cuando en realidad se
desfallecía de hambre por no tener ni siquiera los cinco bolos que
costaban los tres golpes del comedor. Hoy nadie creería que ese tipo que
impresionó a muchos auditorios internacionales con la calidad, tan alta
como malo su inglés hablado, de sus trabajos en Teoría de Control,
Análisis Real y Análisis Funcional, con incursiones exitosas en Álgebra,
Probabilidades, Geometría y Didáctica de las Matemáticas; lloraba en el
edificio de la Biblioteca Central cuando lo metíamos solo en el ascensor y
marcábamos el piso 12. Para alguien proveniente de la muy plana Rinconada
de Puerto Santo, en el estado Sucre, eso era peor que trancarale la
cochina a Dark Vader. Con Diómedes navegué en la procelosas aguas de todas
las materias de nuestra licenciatura en Matemáticas, con él participamos
en la creación del Centro de Estudiantes de Matemáticas, cuya primera
elección nos ganó nuestro común amigo y hermano Wilfredo Urbina, a cuyo
partido derrotamos el año siguiente, tiempos de democracia y sueños
revolucionarios. Diómedes se retiró de una marcha contra el presupuesto
insuficiente cuando íbamos por la plaza Morelos, porque de lo contrario no
tendría tiempo de llegar puntualmente a la defensa de su Trabajo Especial
de Grado, para defender su tesis sobre un tema de medidas vectoriales
topológicas que le propuso nuestro común, muy querido y exigente tutor
Arturo Reyes.
Por esas cosas que aún hoy no acabo de entender, el Departamento de Matemáticas no hizo nada por retenerlo y se fue a Mérida, ciudad donde hizo toda su carrera, Tampoco entiendo por qué los postulantes al premio Mendoza Fleury nunca vieron en su grueso curriculum de investigador de punta a alguien tanto o más merecedor del llamado premio Polar que cualquiera de los matemáticos galardonados, Mischa excluído. Siempre la muerte remueve los bellos recuerdos y los resentimientos en tumultuosa asamblea.
Diómedes, historiador superior de la salsa y del galeron oriental, sin duda alguna el matemático más enterado de la salsa en Venezuela, fue un ávido lector de la producción literaria nacional, así como de la mitología griega y la historia de la Matemática. Siempre me repugnó su antipática manía de sacar una anécdota interesante y rara de la vida de los matemáticos griegos, repugnante por envidia pura y dura. Diómedes es el único venezolano que conozco que haya leído la obras completas de Andrés Eloy Blanco, Rufino Blanco Fombona, Udón Pérez y Fermín Toro. Como él me dijo un día: "yo leo mucho porque no me gusta que se despilfarre el presupuesto de la república que gastaron para que yo no fuese más un campesino analfabeto".
Diómedes, autor de un montón de artículos arbitrados, nunca fue mezquino
con su tiempo para emplearse a fondo en todo lo que tuviese que ver con
ayudar a los jóvenes matemáticos o profesores de secundaria a mejorar su
formación básica. El más popular de mis amigos jamás transó con la
mediocridad que se esconde en la piedad o la caridad de "comprender" que
un joven de origen popular no puede alcanzar los pináculos más exigentes
de la creación del conocimiento. Basta ver su infatigable labor frente al
Comité Evaluaduor del Conaba en la región andina, en la Comisión de C y T
del Fonacit o al frente de los Talleres de Formación Matemática para
verificarlo, amén de una lista enorme de tesitas de licenciatura, maestría
y doctorado. Muy malo no sería cuando Joe Distel, el puesto 48 entre los
matemáticos más citados de la historia, lo escogió como pupilo.
Mi relación personal con Diómedes fue muy intensa, ese negrito me quería
tanto que se dedicó a provocar al comando policial que me detenía para que
yo no fuese solo a prisión. Le dedicó su tesis de pregrado a mi cuasi
ex-novia para ver si no me meleteaba la chica. No se me ocurre que hubiese
consultado otro oráculo cuando las angustias existenciales me asaltaban.
Nunca me he sentido tan identificado con nadie, ni siquiera con el Checo,
Ventura o Wilfredo, como con Diómedes Bárcenas. El hermoso cuento de Tomás
Guardia me motivó a descargar un inmenso dolor que pensaba disolver en una
barrica de El Muco, puente inicial de mi hermandad con mi maestro en truco
y amistad.
La UCV ha tenido montones de gente así: extraordinarias y cotidianas. El
más alegre de todas las fiestas, el negro terco que en la víspera de su
partida se paró de su lecho de enfermo para agotarse bailando con un
quiebre de tumbadoras, el mismo que le ofreció un par de coñazos al médico
que lo regaño porque se dio el lujo de abandonar la clínica para morir en
el talamo donde compartía con Anita toda inagotable capacidad de amar tomó
la ruta sin retorno de la muerte. No sé cómo lo hago pero, ahogado en
lágrimas, no hago más que sonreír recordando al dueño de la mayor cantidad
de alegría con quien me ha tocado compartir el aire, el futuro, la
rebeldía y la inquebrantable voluntad de ser dignos. Ese negro tan
querido, que hoy es llorado en los Bloques de San Martín por todos los
integrantes del equipo "Los Marruñecos !a él que jamás practicó ninguna
actividad física distinta a bailar salsa¡ está siendo acompañado a su
última morada por medio mundo en Mérida, en estos momentos en que yo me
trepo por las paredes porque no consigo un pasaje para ir a abrazar a sus
hijos Leonardo, Silvia y Mariana y a mi idolatrada Anita, su amor total.
Ni qué decir de toda su familia, que siempre me recibe como mía, en La
Rinconada de Puerto Santo. Adiós querido amigo.
Rico
Caracas, 14 de noviembre de 2009
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Siento dolor por tu ida, Diómedes.
Muchos de nosotros tenemos anécdotas de tu solidaridad
en momentos difíciles.
Diómedes, estarás siempre en nuestro Departamento.
Luisa Sánchez
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Estimados colegas,
Adjunto el Acuerdo de duelo que, en nombre del Consejo directivo regional (CDR), Capítulo Los Andes, de la AMV le hacemos llegar a los familiares y amigos de nuestro apreciado colega y amigo Diomedes.
Oswaldo Araujo
Secretario general CDR
Capítulo Los Andes
El Consejo Directivo Regional de la Asociación Matemática Venezolana, Capítulo Los Andes, se une al duelo que apena a la familia Bárcenas Rodríguez por el fallecimiento, el día viernes 13 de noviembre de 2009, del Doctor DIOMEDES BÁRCENAS (Q.E.P.D). Quien fuese un distinguido miembro de nuestra asociación, destacado matemático, investigador y docente adscrito al Departamento de matemáticas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes. Hacemos llegar hasta sus familiares y amigos nuestro más sentido pésame.
Paz a sus restos
Mérida, 19 de noviembre de 2009
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ASOCIACIÓN MATEMÁTICA VENEZOLANA
CAPÍTULO CENTRO OCCIDENTAL
ACUERDO DE DUELO
El Consejo Directivo de la Asociación Matemática Venezolana
(AMV), Capítulo Centroccidental, se unen al duelo que aflige a la
familia Bárcenas por la sensible desaparición física, el día viernes
13-11-2009, del:
Dr. DIOMEDES BÁRCENAS
(Q.E.P.D.)
Quien fuese miembro de nuestra asociación, destacado matemático,
investigador y docente adscrito al Departamento de Matemáticas de
la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes. Hacemos
llegar hasta su familia y amigos nuestras más sinceras palabras de
condolencias.
Paz a sus restos
Barquisimeto, 15 de noviembre de 2009
CONSEJO DIRECTIVO REGIONAL
Asociación Matemática Venezolana
Capítulo Centro Occidental
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El último día que compartí con él
El último día que vi y hablé con mi amigo y colega, Diómedes Bárcenas, fue el jueves 12 de noviembre de 2009, y aun en su convalecencia hablamos un poco del pasado tiempo y tararíamos un son cubano del gran Héctor Casanova, cuya parte principal dice así: “El tiempo pasado es pasado, al ayer jamás podremos regresar, hoy será ayer, mañana será hoy, lo que te espera nadie lo podrá saber; por eso yo vivo feliz cuando yo canto mi bonito guaguanco.” (Sí, Diomedes era feliz cantado y bailando mientras caminaba por los pasillos y jardines de la Universidad o en cualquier lugar donde afloraba su espontaneidad). Y así pasamos un rato relativamente largo (dada su condición) conversando; pero hubo un momento en el que quiso decirme algo, que seguro estoy, era muy importante, pero las palabras no le salieron a pesar de intentarlo varias veces, y pensé, creyendo en su recuperación, que mejor lo dejábamos para otro día.
Luego, el día siguiente, el viernes, me fui a Trujillo a dictar una charla en el postgrado de matemática del NURR, y finalizada ésta me fui a Morón, Edo Carabobo, a endulzarle los 83 años a mi vieja querida que está enferma.
En el camino hacia Morón iba pensando en silencio y algunas veces conversaba con mi esposa acerca de mi amigo enfermo, a la vez que le decía, ¡cuando regresemos voy hablar con Diomedes nuevamente, pues él tiene algo importante que decirme!. Pero no se pudo, la muerte nos hizo una mala jugada, se llevo a mi amigo sin que me pudiera decir nada, sin decirme eso tan importante que yo debía saber y que, estoy seguro, me ayudaría a un mejor vivir.
Te extraño mi panita, y espero que el gran Díos te tenga reservado un bonito lugar donde en paz puedas descansar y hacer lo que a ti mas te gustaba.
Hugo Leiva.
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Dear Hugo: I knew (through John Alexopoulos) that Diomedes was very ill;Wilfredo gave me a phone number where he might be reached. Sadly,when I called he was asleep and I talked only with his wife. So not evensome final words with this remarkable man.My youngest sons got to know Diomedes when he visited Ohio; in fact, myyoungest went once to Venezuela with me and we spent a memorable NewYear in Puerto Santos. Both were saddened when I mentionned how ill hewas and each will have nothing but fond memories of him.Me? I enjoyed every moment around Diomedes. His visits to Kent were amongmy favorite, most treasured periods of my life. I can recall showing him
how theDavis-Figiel-Johnson-Pelczynski factorization scheme worked and how, once hesaw what it did, his eyes shone; he was soon a master at its use and it
made mevery proud to see how apt he was at finding ways to use the technique.I also enjoyed talking baseball with him. As in all things, he was
(justifiably) proudof his Venezuelan heritage. I know his family will miss him and his
colleagues bothat home and abroad. Venezuela has lost a son that always did his homeland
proud.I could say more but nothing that matters any more than he did.Yours
Joe Diestel
> > Date: Tue, 17 Nov 2009 22:19:06 -0430
> > Subject: Diomedes passed away
> > From: hleiva@ula.ve
> > To: diestel@mcs.kent.edu
> >
> > Dear Joe, I am writing with great regret and sadness that drowns me to
> > inform you that our dear friend, Dr. Diomedes Barcenas, has died after
> > spending several months recovering, his death occurred on November 13,
> > 2009. For the Venezuelan mathematical community this has meant a great
> > loss, and for us as colleagues and friends who share our everyday life and
> > the love of math with him a neglect of life and a bad play of death. I do
> > not if you were already aware of this sad fact, but I want you to know
> > that Diomedes loved you very much and you were one of his best friends.
> > I hope to see you soon, the doors of Venezuela, and particularly those of
> > the ULA, will be always open for you to come.
> >
> > Best regards
> >
> >
> > Hugo Leiva
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Buenos días a todos, solo quería informarles que a partir de hoy Domingo 15 de noviembre hasta el lunes 23 de noviembre. Se estarán realizando las misas en conmemoración y descanso eterno del Prof. Diomedes Barcenas, las mismas se efectuarán en la Iglesia del Colegio San Luis a las 6:00pm. -- Rubén Alexander Delgadillo S. Escuela Estadística. FACES-ULA Av. Las Américas. Nucleo Liria. Edif. F. Departamento de Estadística. Mérida, Venezuela. Telf(Trab.) 0274-2401756
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Para mi amigo Diómedes. Un amigo: eso era, es y será siempre para nosostros el negro Diómedes. Quienes lo conocimos sabemos de sus cualidades, su don de gente, de su fino humor oriental, a veces sarcástico, otras veces endemoniadamente cínico, pero sobre cualquier otra cosa, era esa manera suya de ser amigo, de su solidaridad como amigo, de ser un entrañable amigo. Esa inesperada y repentina ida nos provoca dolor y tristeza. Es muy difícil no sentirse abrumado por el vacío que genera tu ausencia. Solo espero que valga la pena. Como también espero que estés disfrutando de una de tus mayores alegrías: La SALSA aderezada con el sabor cubano, el mambo, el merengue, lo bueno de la cumbia, el porro y el mapalé. Espero cuando nos encontremos de nuevo nos cuente de tus encuentros con Beny Moré, Ismael Rivera, el gran Hector Lavoe, Compay Segundo, y tanto otros que fueron tus animados amigos en las buenas y agradables tertulias a las que nos tenías acostumbrados. Cuando un amigo nos deja nos rehusamos a creer en su partida. Cuando alguien como tú nos abandona sentimos que no tuviste tiempo de regatearle al hacedor un poco más de tiempo. De inventarle un Teorema para que EL se distrajera un poco y dejarte en paz por otro ratico. Ojalá estés disfrutando de una buena conversación con Banach, Mazur, Dunford, Pettis, y tantos otros y que juntos puedan seguir haciendo buenos TEOREMAS. Disfruta de esa buena dosis de conocimientos y mándanos un e-mail para saber que lo estás pasando BIEN. Amigo, tu recuerdo se mantendrá como un COROLARIO de ese gran TEOREMA que fue tu amistad. Un afectuoso y solidario abrazo de condolencia a la familia Bárcenas Rodríguez. De corazón Wilman Brito =====================================================================================
Al alba, demasiado
Temprano
Tras un café,
Diómedes prendía un cigarrillo
Y comenzaba su aventura
Entre números e iluminaciones.
Saltan paraboloides
Hiperbólicos
De la palma de su mano
Con un grito de Cervantes.
Indica la posibilidad
De una ecuación hacia la alegría.
Él no cree, pero
Cree más que
Aquél que
Dice creer.
Un algoritmo
Puede ser igual a un
Malabarismo
Y sus consecuencias.
Es ilusionista/ artista del trapecio,
Tropeles de caballos de paso...
Geométricos e imposibles
Pasos de bailes
A la luz del plenilunio.
Resuelve matemáticamente la intranquila
noche de Mérida, un
Amanecer en Chacopata,
Un atardecer en Puerto Santo, el Morro o
La sumatoria estética del Caribe hacia
Océano Atlántico.
Sigue en el camino caleidoscópico de la vida.
Su amor por
La humanidad
Es indeleble,
Como un bolero.
Publicado por Lua Moncada en 10:02
Bellas palabras que reflejan quién fue y seguirá siendo Diómedes, un hombre amante de las Matemáticas y de la Salsa, no sé a cuál amó más, pero ambas se sentirán bien amadas y con profunda nostalgia por su partida. Luis García Oropeza.15 de noviembre de 2009 17:37
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Ayer se despidió de nosotros Diómedes Bárcenas: el doctor Bárcenas, el dicharachero y ocurrente margariteño a quien me acerqué gracias a mi hermano. En el proceloso tesoro de las amistades de Lúa (tesoro que aún crece, en Tenerife) Diómedes significó un acercamiento extraordinario al fascinante campo de atracción entre arte y matemáticas. Después de sucesivos encuentros cuando ron, matemáticas, son cubano, Timeo, Vitruvio y Le Corbusier con su Modulor se entreveraban con naturalidad y sencillez, presenté su especial naturaleza a nuestros estudiantes de Teoría de Arquitectura. Las sesiones con él, como era de esperarse, no sólo fueron riquísimo aporte para quienes tuvieron oportunidad de disfrutarlas, sino ocasión para gozar un fino sentido del humor que se atrevía a conducir inesperados giros en la argumentación matemática y en la interpretación de la arquitectura, siempre en un tono amigable y atento a la humanidad del estudiante. Y así era hablar con él de la vida, de las complicaciones familiares, de cultura popular, o compartir con amigos momentos de fiesta que fueron muchos. Si se trataba de estos momentos había de parte de Diómedes un compromiso apasionado y serio con baile, buen ron y conversación humorosa; si se trataba de guiar la mente del estudiante hacia dominios en donde jamás había soñado poder llegar, había en el discurso una jovialidad y confianza que sanaban cualquier formalismo prejuiciado ¡sabiamente paradójico este hermano de mi hermano! Meses atrás lo busqué infructuosamente para asesoramiento de uno de mis tesistas. No pregunté a más nadie cuando no lo encontré y tuve que hacerme a la idea de que, por algún motivo, tendríamos que prescindir de su insustituible ayuda. De un golpe tuve que enterarme de que no lo veríamos más entre nosotros. Ha emprendido el viaje, ese viaje sin retorno para el cual hacemos fila los hombres con nuestra peculiar tristeza. Desde su discrepancia radical supo siempre que creo en ese gran encuentro al final de los tiempos y que en gran parte alimenta mi fe la imbatible posibilidad de reencontrar amigos como él. Bernardo Moncada
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Conocí a Diómedes Bárcenas cuando, siendo Coordinador del CDCHT en el año 2002 el resulto el nuevo delegado de la facultad de ciencias en la sanísima costumbre, tradición y previsión reglamentaria y conveniencia académica del CDCHT de que los delegados de las facultades se roten con la frecuencia prevista a fin de evitar situaciones inconvenientes, permitir la fluida rotación de los distintos investigadores de cada facultad o núcleo y renovar las perspectivas evaluadoras que cada personalidad implícitamente representa. Diómedes resulto eso que en el lenguaje cotidiano definimos fácilmente como “un tipazo”. Notable representante del oriental venezolano, alegre, dicharachero, de un humor a prueba de cualquier formalismo y de una capacidad de hacer girar cualquier razonamiento desde el prisma de una inteligencia tenaz y de una calidad humana, a toda prueba. Junto a Luís Ricardo Dávila hicimos equipo, siendo ellos respectivamente coordinadores de la comisión científica y de la comisión humanística, habíamos decidido vernos siempre muy temprano, a las 7.00 AM, a fin de coordinar una vez a la semana. Durante muchos meses nos hicimos asiduos colaboradores en la tarea de prever y facilitar las cosas. Tuve la maravillosa fortuna siempre de contar con colaboradores excepcionales. Diómedes fue uno de ellos. Siempre supuse que tener a Diómedes de compañero de farra debía ser un acontecimiento notable hasta que, en una recepción que le ofrecimos al personal del CDCHT, a propósito de una actividad de formación, pudimos compartir a plenitud su culto amorosísimo al baile (la salsa por supuesto), al chiste y a una buena bebida y a una buena comida. Pero, privilegiar su disposición festiva y su fino y completamente espontáneo humor puede parecer obviar su extraordinaria y muy responsable capacidad de trabajo, su notable preparación en su oficio, la matemática, y su suave humanidad solidaria, afectiva y firme, al mismo tiempo. Lamento profundamente su acelerada enfermedad terminal, pues por ella hemos dejado de contar, excesivamente temprano, con un universitario de excepción, con un tipazo en el mejor sentido de la palabra y con un ser humano que detrás de su portentosa alegría de vivir y su disposición a compartirla convertía, en cada minuto que con él se compartía, a la vida misma en una grata experiencia. Paz (festiva y alegra donde quiera que vayas amigo) a sus restos, consuelo a sus deudos y la plena y pública seguridad que queremos proclamar de que haber compartido con una persona como Diómedes Bárcenas constituyó para todos los que tuvimos esa suerte un privilegio y un hermoso regalo de la vida. Hasta siempre amigo. Oscar Aguilera
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Querido Wilman, Me quedo de piedra al saber del fallecimiento de Diómedes. ¡Qué triste! No sabía nada de su enfermedad. ¿Qué edad tenía? No era mayor, al menos no lo parecía. La última vez que lo vi fue en Alemania hará un poco más de un año. Como siempre, se le veía sonriente y contento.Te agradezco mucho habérmelo hecho saber. Creo que salvo tu, no conozco a nadie más de Mérida, pero transmite a su familia y amigos mis más profundas condolencias por la perdida de una persona tan llena de humanidad. Un abrazo, Guillermo _____________________________________________________________ Guillermo P. Curbera Facultad de Matemáticas, Universidad de Sevilla Apdo. 1160, Sevilla 41080, Spain phone: +34-95-455-7995 e-mail: curbera@us.es fax: +34-95-455-7972 web: http://euler.us.es/~curbera/
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La comisión de postgrado de Matemáticas se unen al duelo que embarga a los miembros del Departamento de Matemáticas por el fallecimiento de nuestro amigo y colega Profesor Diómedes Bárcenas. Le queremos hacer llegar a sus familiares y amigos nuestros sentimientos de afecto y consideración por tan irreparable pérdida. Paz a sus restos Por la comisión de Postgrado Carlos Uzcátegui.
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Nota de Duelo. Los Miembros del Grupo de Ecuaciones Diferenciales de la Universidad de los Andes hacen llegar su profundo pesar, por el fallecimiento del Profesor Diomedes Barcenas, a todos sus familiares y amigos. Hecho acaecido en la ciudad de Mérida el día 13 de Noviembre de 2009. Se ha ido una gran compañero, amigo y profesor. Te extrañaremos Diomedes. Paz a sus Restos.
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Universidad de Los Andes Departamento de Matemáticas Facultad de Ciencias Considerando Que el día viernes 13 de noviembre de 2009, dejó de existir en esta ciudad, el profesor DIÓMEDES JESÚS BÁRCENAS MORILLO Considerando 1.Que el profesor Diómedes formó parte del Personal Docente y de Investigación del Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias. 2.Que durante su permanencia en nuestro Departamento dejó una fructífera trayectoria académica, entre las que destacó su labor como Jefe de esta Unidad Académica. 3.Que su desaparición física nos llena de profundo pesar y enluta a la Comunidad de Ciencias por la amistad y afecto que le manifestamos. ACUERDA 1.Unirnos al duelo que aflige a familiares y amigos en este doloroso momento. 2.Hacer llegar a la Familia Bárcenas Rodríguez, a sus padres: Sr. Félix Rafael y Sra. Evangelista, a su esposa Ana Mireya, a sus hijos: José Leonardo, Silvia Patricia, Mariana Natali, a su nieta Ana Victoria, el presente acuerdo, así como nuestra expresión de condolencia y solidaridad. 3.Ofrendar una corona de flores ante el féretro del extinto. 4.Hacer acto de presencia en los servicios funerarios que se realizarán en las Salas Velatorias “Jardines La Inmaculada” de esta ciudad de Mérida. 5.Invitar a la misa que se llevará a cabo a las 04:00 p.m., el día sábado 14 de noviembre de 2009, en las Salas Velatorias “Jardines La Inmaculada” y al sepelio que se efectuará el mismo día, a las 05:00 p.m., en el Cementerio “Jardines La Inmaculada”. José Luis Chacón Jefe(E)Departamento de Matemáticas. =====================================================================================
Diomedes en el recuerdo Iba siempre como un muchacho, fresco en el andar, en el decir sencillo y directo, con la risa o la sonrisa abierta y franca. Como los orientales. Lo vi en aquellos, mis primeros días en el Departamento de Matemáticas, y hablamos de la Ilíada, y de su nombre. Caía en la cuenta de que en el Departamento para aquella época (1985-1986, más o menos) contábamos –y seguimos contando- con extraordinarios lectores, entre ellos César Sánchez París (recientemente fallecido), Jesús Alfonzo Pérez Sánchez, Jesús Rivero, Francisco Rivero y José Chacón. Diomedes no se quedaba atrás, y un día me invitó a su casa, para tomar café, conversar y ver su biblioteca. Tenía una muy nutrida colección de libros de filosofía, y cargué con buena parte de ellos, en especial los de Montaigne. Tal vez por asunto de caracteres, de intereses en la vida y de pasiones algo contrapuestas no hicimos una amistad más firme, pero en el fondo ambos nos respetábamos y nos apreciábamos. De vez en cuando nos encontrábamos por los pasillos y él con su decir amable y directo me lanzaba con cordialidad: “Te ves bien, José”, “sigues igual de joven”, fuese en broma o que fuese su decir en el trato diario, en todo caso me parecían sus salidas de lo más cariñosas, respetuosas y afectuosas. En el tiempo que le traté, a veces entre opiniones conflictivas, en medio de problemas locales del Departamento o por la situación nacional que a partir de 1999 enervó las pasiones hasta el infinito, jamás le vi destemplado, alterado o con un gesto de amargura alguna en su rostro. Seguramente en su ser íntimo resolvía filosóficamente aquello en lo que para él lo mejor era estar de acuerdo en los desacuerdos. Creo que nunca tuvo un mal gesto para nadie, y lo que quedará siempre de él será su sonrisa, esa eterna amabilidad presta para tratar a todos y ayudar a todos. Cuando fundamos en el Departamento de Matemáticas la revista “Cardinal” (febrero de 1988), con su único número de vida, él fue de los primeros colaboradores, con un artículo titulado “El Mito de Eratóstenes”. Como matemático, fue extraordinario con una devoción única por su trabajo, por su dedicación a la docencia, al trabajo de investigación y el administrativo, asesoramiento de tesis, cuidando de las publicaciones de matemáticas con disciplina, paciencia y orden. Era muy raro no verle de noche en su cubículo, trabajando, discutiendo algún tema con colegas o estudiantes. Se me hace difícil imaginarlo postrado durante su enfermedad. Y como dice Wilman Brito, a la hora de divertirse, en lo profano, en los entreactos de sus duras faenas, era realmente todo un espectáculo verle bailar salsa. Llevaba en la sangre nobleza, el fuego de su tierra, sencillez y amor por lo nuestro a borbotones. Algo de estas cosas he recordado estos días. Mi más profundo pésame para todos sus familiares y amigos. José Rodriguez.